Cuatro son las jornadas que restan para la finalización de la primera mitad de la competición. Torneo liguero que decidirá su campeón de invierno justo cuando entre regalos y uvas cambiemos un nuevo dígito al calendario. Pero entre aspiraciones de unos y otros, el camino está por hacer y a ello se agarran los equipos que luchan, tanto por arriba como los que lo hacen por abajo.
El domingo desde la cinco de la tarde en el campo municipal de los Rosales, Club Deportivo Caspe y Club de Fútbol Utebo juegan un nuevo set para no caer en descenso los visitantes y acallar voces fatalistas los locales.
El Utebo viaja a la Ciudad del Compromiso con diecisiete puntos, diez más que el Caspe; seis puestos clasificatorios por encima; dos derrotas de sus dos últimos partidos y dos derrotas, también, de sus dos últimas salidas.
Frente a estos números, los caspolinos cuantifican puntos y las cuentas empiezan a pasar por dar trabajo al dueño de las tablillas del marcador. Su mayor ventaja estriba en la confianza que otorgan los tres últimos partidos de casa donde los resultados no tiñeron de rojo las mallas locales: con dos empates y una victoria.
Respecto a cursos anteriores, Caspe y Utebo tuvieron su primer enfrentamiento en la temporada 53/54 con empate a un gol y el más reciente, hace tres años, con ventaja utebana por un gol a cero. De aquel partido, cuatro son los jugadores que continúan en la disciplina caspolina: Luisja, Carlos Gil y los hermanos Castilla.